Una historia de la pizza

 


La pizza es la comida r谩pida favorita del mundo. La comemos en todas partes: en casa, en los restaurantes, en las esquinas. S贸lo en Estados Unidos se venden unos 3.000 millones de pizzas al a帽o, una media de 46 porciones por persona. Pero la historia de c贸mo la humilde pizza lleg贸 a disfrutar de tal dominio mundial revela mucho sobre la historia de la migraci贸n, la econom铆a y el cambio tecnol贸gico.

La gente ha comido pizza, de una forma u otra, durante siglos. Ya en la antig眉edad, los trozos de pan plano, cubiertos con productos salados, serv铆an de comida sencilla y sabrosa para quienes no pod铆an permitirse platos o estaban de viaje. Estas primeras pizzas aparecen en la Eneida de Virgilio. Poco despu茅s de llegar al Lacio, Eneas y su tripulaci贸n se sentaron debajo de un 谩rbol y dispusieron "finas tortas de trigo como platos para su comida". A continuaci贸n, los esparcieron con setas y hierbas que hab铆an encontrado en el bosque y los engulleron, con corteza y todo, lo que provoc贸 que el hijo de Eneas, Ascanio, exclamara: "¡Mira! Nos hemos comido hasta los platos".

Pizza para desayunar

Pero fue en el N谩poles de finales del siglo XVIII donde surgi贸 la pizza tal y como la conocemos ahora. Bajo el reinado de los Borbones, N谩poles se hab铆a convertido en una de las mayores ciudades de Europa, y crec铆a r谩pidamente. Impulsada por el comercio de ultramar y la afluencia constante de campesinos del campo, su poblaci贸n pas贸 de 200.000 habitantes en 1700 a 399.000 en 1748. A medida que la econom铆a urbana luchaba por mantener el ritmo, un n煤mero cada vez mayor de habitantes de la ciudad ca铆a en la pobreza. Los m谩s abyectos eran conocidos como lazzaroni, porque su aspecto harapiento se asemejaba al de L谩zaro. En torno a 50.000 personas se las arreglaban con la miseria que ganaban como porteadores, mensajeros o trabajadores ocasionales. Siempre corriendo en busca de trabajo, necesitaban comida barata y f谩cil de comer. Las pizzas respond铆an a esta necesidad. No se vend铆an en tiendas, sino por vendedores ambulantes que llevaban enormes cajas bajo el brazo, y se cortaban seg煤n el presupuesto o el apetito del cliente. Como se帽al贸 Alexandre Dumas en Le Corricolo (1843), una porci贸n de dos liardos serv铆a para un buen desayuno, mientras que con dos sous se pod铆a comprar una pizza lo suficientemente grande para toda una familia. Ninguno de ellos era terriblemente complicado. Aunque se parecen en algunos aspectos a las pizzas planas de Virgilio, ahora se definen por ingredientes baratos y f谩ciles de encontrar, con mucho sabor. Los m谩s sencillos estaban cubiertos con nada m谩s que ajo, manteca de cerdo y sal. Pero otros inclu铆an caciocavallo (un queso hecho con leche de caballo), cecenielli (cebo blanco) o albahaca. Algunos incluso llevaban tomates por encima. Reci茅n llegados de Am茅rica, eran una curiosidad, despreciada por los gastr贸nomos contempor谩neos. Pero era su impopularidad -y por tanto su bajo precio- lo que los hac铆a atractivos.

Durante mucho tiempo, las pizzas fueron despreciadas por los gastr贸nomos. Asociadas a la aplastante pobreza de los lazzaroni, eran frecuentemente denigradas como "asquerosas", especialmente por los visitantes extranjeros. En 1831, Samuel Morse -inventor del tel茅grafo- describi贸 la pizza como una "especie del pastel m谩s nauseabundo… cubierto con rodajas de pomodoro o tomates, y espolvoreado con un poco de pescado y pimienta negra y no s茅 qu茅 otros ingredientes, en conjunto parece un trozo de pan que se ha sacado apestando de la alcantarilla".

Cuando aparecieron los primeros libros de cocina a finales del siglo XIX, ignoraban la pizza. Incluso los dedicados a la cocina napolitana desde帽aban mencionarla, a pesar de que la mejora gradual del estatus de los lazzaroni hab铆a propiciado la aparici贸n de las primeras pizzer铆as.

La aprobaci贸n real

Todo cambi贸 tras la unificaci贸n de Italia. Durante una visita a N谩poles en 1889, el rey Humberto I y la reina Margarita se cansaron de los complicados platos franceses que les serv铆an para desayunar, comer y cenar. El pizzaiolo Raffaele Esposito, al que llamaron para que preparara algunas especialidades locales para la reina, cocin贸 tres tipos de pizza: una con manteca de cerdo, caciocavallo y albahaca; otra con cecenielli; y una tercera con tomates, mozzarella y albahaca. La reina estaba encantada. Su favorita, la 煤ltima de las tres, fue bautizada como pizza margherita en su honor.

Esto supuso un cambio importante. El sello de aprobaci贸n de Margherita no s贸lo elev贸 la pizza de ser un alimento s贸lo apto para los lazzaroni a ser algo que la familia real pod铆a disfrutar, sino que tambi茅n transform贸 la pizza de un plato local a uno verdaderamente nacional. Introdujo la noci贸n de que la pizza era un alimento genuinamente italiano, similar a la pasta y la polenta.

Sin embargo, la pizza tard贸 en salir de N谩poles. El impulso inicial lo dio la emigraci贸n. A partir de los a帽os 30, un n煤mero creciente de napolitanos se traslad贸 al norte en busca de trabajo, llevando consigo su cocina. Esta tendencia se aceler贸 con la guerra. Cuando los soldados aliados invadieron Italia en 1943-4, quedaron tan encantados con la pizza que encontraron en Campania que la ped铆an en cualquier otro lugar. Pero fue el turismo -facilitado por el descenso del coste de los viajes en la posguerra- el que realmente consolid贸 la posici贸n de la pizza como plato verdaderamente italiano. Como los turistas sent铆an cada vez m谩s curiosidad por la comida italiana, los restaurantes de toda la pen铆nsula empezaron a ofrecer m谩s especialidades regionales, incluida la pizza. Al principio, la calidad era variable: no todos los restaurantes ten铆an un horno para pizzas. Sin embargo, la pizza se extendi贸 r谩pidamente por toda Italia. A medida que lo hac铆a, se introdujeron nuevos ingredientes en respuesta a los gustos locales y a los precios m谩s altos que los clientes estaban ahora dispuestos a pagar.

La pizza llega a Occidente

Pero fue en Estados Unidos donde la pizza encontr贸 su segundo hogar. A finales del siglo XIX, los emigrantes italianos ya hab铆an llegado a la Costa Este, y en 1905 se abri贸 la primera pizzer铆a -Lombardi's- en Nueva York. Pronto, la pizza se convirti贸 en una instituci贸n americana. Se extendi贸 por todo el pa铆s al ritmo de la creciente urbanizaci贸n, y r谩pidamente fue adoptada por restauradores emprendedores (que a menudo no eran de origen italiano) y adaptada para reflejar los gustos, las identidades y las necesidades locales. Poco despu茅s de que Estados Unidos entrara en la Segunda Guerra Mundial, un tejano llamado Ike Sewell intent贸 atraer a nuevos clientes a su reci茅n inaugurada pizzer铆a de Chicago ofreciendo una versi贸n mucho m谩s "abundante" del plato, con una corteza m谩s profunda y gruesa y unos ingredientes m谩s ricos y abundantes, normalmente con queso en la base y una monta帽a de salsa de tomate en trozos. M谩s o menos al mismo tiempo, se desarroll贸 en Colorado el Rocky Mountain Pie. Aunque no era tan profundo como su pariente de Chicago, ten铆a una corteza mucho m谩s ancha, que se com铆a con miel como postre. Con el tiempo, se a帽adi贸 una versi贸n hawaiana, con jam贸n y pi帽a, para desconcierto de los napolitanos.

A partir de la d茅cada de 1950, el r谩pido ritmo de los cambios econ贸micos y tecnol贸gicos en Estados Unidos transform贸 la pizza de forma a煤n m谩s radical. Cabe destacar dos cambios. El primero fue la "domesticaci贸n" de la pizza. A medida que aumentaban los ingresos disponibles, los frigor铆ficos y congeladores se hicieron m谩s comunes y la demanda de alimentos "de conveniencia" creci贸, impulsando el desarrollo de la pizza congelada. Dise帽ada para llevarla a casa y cocinarla a voluntad, esto oblig贸 a introducir cambios en la receta. En lugar de estar salpicada de generosas rodajas de tomate, la base se cubri贸 con una pasta de tomate suave, que serv铆a para evitar que la masa se secara durante la cocci贸n en el horno; y hubo que desarrollar nuevos quesos para que resistieran la congelaci贸n. El segundo cambio fue la "comercializaci贸n" de la pizza. Con la creciente disponibilidad de coches y motocicletas, se hizo posible entregar comida reci茅n cocinada a las puertas de los clientes, y la pizza fue uno de los primeros platos que se sirvieron. En 1960, Tom y James Monaghan fundaron "Dominik's" en Michigan y, tras ganarse una reputaci贸n de rapidez en el reparto, llevaron su empresa -que rebautizaron como "Domino's"- a todo el pa铆s. Tanto ellos como sus competidores se expandieron al extranjero, de modo que ahora apenas hay una ciudad en el mundo en la que no se encuentren.

Parad贸jicamente, el efecto de estos cambios fue que la pizza se estandariz贸 y se hizo m谩s susceptible a las variaciones. Mientras que la forma -una base de masa, cubierta con finas capas de tomate y queso- se afianz贸, la necesidad de apelar al deseo de novedad de los clientes hizo que se ofrecieran variedades cada vez m谩s elaboradas, de modo que ahora Pizza Hut, en Polonia, vende una versi贸n "india" picante y Domino's, en Jap贸n, ha desarrollado una pizza "Elvis", con casi todo.

Las pizzas actuales est谩n muy lejos de las de los lazzaroni, y muchos puristas de la pizza -especialmente en N谩poles- se oponen a algunos de los ingredientes m谩s extravagantes que se ofrecen ahora. Pero la pizza sigue siendo reconocible como tal, y en cada porci贸n se han incorporado siglos de cambios sociales, econ贸micos y tecnol贸gicos.

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