El r茅gimen de la Restauraci贸n. Caracter铆sticas y funcionamiento del sistema canovista



 El fracaso de la I Rep煤blica y el creciente apoyo a Alfonso XII por parte de los sectores sociales m谩s influyentes permiti贸 la restauraci贸n de la dinast铆a borb贸nica tras la proclamaci贸n de Alfonso XII como rey de Espa帽a, producida con el golpe de Estado dirigido por el general A. Mart铆nez Campos en Sagunto, el 29 diciembre de 1874. Con la restauraci贸n borb贸nica se cierra el ciclo democr谩tico abierto en septiembre de 1868. El R茅gimen de la Restauraci贸n se caracteriz贸 por la moderaci贸n en materia pol铆tica; el retorno al poder de las antiguas clases dominantes, la limitaci贸n de los derechos y libertades y el olvido de las pretensiones democr谩ticas del periodo anterior. 

La Restauraci贸n es bien recibida por los grupos conservadores al suponer estabilidad pol铆tica y el fin de los intentos revolucionarios del Sexenio. El sistema va a ser dise帽ado por A.C谩novas del Castillo, admirador del sistema bipartidista brit谩nico, a los que un铆a lo que 茅l llamaba “verdades madre”, que eran la preponderancia de la monarqu铆a y de la Iglesia, con sometimiento del ej茅rcito al poder civil. El objetivo de la restauraci贸n es la pacificaci贸n del pa铆s, tanto a nivel social, mediante una fuerte represi贸n y restricci贸n de libertades; como a nivel b茅lico, finalizando la guerra de Cuba y la guerra Carlista.

En el aspecto pol铆tico, la instauraci贸n del sistema quedar谩 marcada por la elaboraci贸n de la Constituci贸n de 1876, elaborada por unas Cortes constituyentes elegidas por sufragio universal masculino, en las que el partido de C谩novas obtendr谩 la victoria. La Constituci贸n del 76 es una muestra del liberalismo conservador, siendo muy corta en extensi贸n, y considerando la monarqu铆a como una instituci贸n superior por encima, incluso, de la constituci贸n. En ella se establece:

  • Soberan铆a compartida por el rey y las Cortes
  • Ausencia de derechos y libertades remitidos a leyes posteriores.
  • Divisi贸n de poderes en poder ejecutivo, que recae en el rey; poder legislativo, compartido por el rey y las Cortes Bicamerales. A su vez, las Cortes se divid铆an en el Congreso elegido por sufragio, seg煤n estableciera la Ley electoral, siendo censitario en 1878 y universal masculino en 1890; y el Senado, en el que se pod铆an distinguir distintos tipos de Senadores, pudiendo ser designados por el rey, de derecho propio, o por corporaciones como universidades y ayuntamientos. El poder judicial recae en jueces y tribunales.
  • Confesionalidad cat贸lica del Estado aunque se permite la libertad de culto en privado y el Estado se compromete al mantenimiento de la Iglesia a trav茅s del presupuesto de Culto y Clero.
  • Un modelo de organizaci贸n territorial del Estado muy centralizado.

La tarea m谩s urgente tras aprobar la constituci贸n ser谩 finalizar los conflictos en los que el pa铆s estaba inmerso.

En cuanto a la III Guerra Carlista, terminar谩 en 1876 con la derrota Carlista ante las tropas del general A. Mart铆nez Campos. Esta derrota Carlista supondr谩 por una parte el reconocimiento de Alfonso XII como rey por parte de los sectores m谩s intransigentes del Carlismo, liderados por el general Cabrera; el exilio del pretendiente carlista Carlos VII; y el fin del r茅gimen Foral (1878), con la eliminaci贸n de los fueros Vasco y Navarro, aunque se mantendr谩 una cierta autonom铆a fiscal en la que la recaudaci贸n se lleva a cabo por parte de las diputaciones provinciales.

Por otra parte, respecto a la Guerra de Cuba, el fin de la Guerra Carlista permiti贸 destinar m谩s efectivos y recursos a la Guerra de Cuba, con la consecuente victoria espa帽ola. De este modo, se termina firmando el Convenio de Zanj贸n (1978) en el que se recog铆an parte de las aspiraciones criollas. El incumplimiento de este convenio provocar谩 la “Guerra Chiquita” (1879) que terminar谩 con la victoria espa帽ola, tras la que se ratificar谩 lo acordado en el Convenio de Zanj贸n. A pesar de ello, el acuerdo seguir谩 incumpli茅ndose, lo que derivar谩 en la Guerra de Independencia de Cuba (1875-1878).

Pol铆ticamente, el sistema de la Restauraci贸n estar谩 basado en el turno pac铆fico en el gobierno de dos Partidos: el Partido Conservador liderado por A. C谩novas; y el Partido Liberal liderado P.M. Sagasta. Ambos son partidos de minor铆a que representan a la 茅lites econ贸micas y sociales formadas por las clases medias acomodadas. Defender谩n la monarqu铆a, la Constituci贸n de 1876, la propiedad privada y un modelo de Estado liberal, unitario y centralista con pocas diferencias en la actuaci贸n pol铆tica. De este modo, ambos partidos firmar谩n un acuerdo por el que ninguno tomar谩 medidas que tuvieran que ser abolidas por el otro al llegar al poder. Aun as铆, existir谩n algunas diferencias.

Por un lado, el Partido Conservador ser谩 partidario del sufragio censitario; inmovilista y defensor de la relaci贸n con la Iglesia y el orden social. Por su parte, el Partido Liberal defender谩 el sufragio universal masculino y ser谩 partidario de mayores reformas sociales de car谩cter progresista y la separaci贸n entre la Iglesia y el Estado.

Ambos partidos, b谩sicos para el desarrollo del turno pac铆fico, necesitaban el ama帽amiento de las elecciones. Para ello se segu铆a el siguiente m茅todo:

Cuando por cualquier causa hab铆a una crisis de gobierno, el jefe de Gobierno ped铆a al rey la disoluci贸n de las Cortes. El rey las disolv铆a y convocaba nuevas elecciones, nombrando jefe de Gobierno al l铆der de la oposici贸n, que ser铆a el encargado de organizar las elecciones. El ministro de la gobernaci贸n realizaba el “encasillamiento” designando los diputados que iban a salir victorioso en cada circunscripci贸n electoral, con mayor铆a aplastante para el gobierno, dejando una minor铆a de esca帽os para la oposici贸n.

Los gobernadores civiles designados por el nuevo gobierno se encargaban de tomar las medidas necesarias para conseguir los resultados establecidos. Para ello entraba en acci贸n el cacique, figura relevante en el 谩mbito econ贸mico y social en cada comarca, que era el encargado de que los resultados se correspondieran con el encasillamiento. Esto era posible mediante el uso de trampas electorales como manipulaci贸n del censo, compra de votos, amenazas, etc, conocidas como “pucherazo”.

Esta manipulaci贸n dot贸 al sistema de una enorme estabilidad, al mismo tiempo que provoc贸 altos niveles de abstenci贸n (m谩s de 60%). Sin embargo, tras el establecimiento del sufragio universal masculino (1890), perdi贸 eficacia en las grandes ciudades.

El desarrollo del turno ser谩 el siguiente: entre 1876 y 1881, gobernar谩 el Partido Conservador que llevar谩 a cabo la definitiva implantaci贸n del sistema. Lo suceder谩 el Partido Liberal (1882-1884) que implantar谩 el sufragio universal masculino en las elecciones municipales. Posteriormente, entre (1884-1885) se produce el regreso de C谩novas tras la muerte de Alfonso XII, y se firma el Pacto de El Pardo (1885) en el que los partidos del turno acuerdan el mantenimiento del sistema durante la regencia de Ma Cristina de Habsburgo. Durante este periodo, va a gobernar m谩s tiempo el Partido Liberal. Destaca el periodo entre 1885 y 1890, cuando se llevar谩 a cabo una importante labor reformista con la aprobaci贸n de:  la Ley de Asociaciones(1887); la abolici贸n de la esclavitud (1889); el C贸digo Civil (1889); distintas reformas fiscales y la aplicaci贸n del sufragio universal masculino en las elecciones generales. Sin embargo, todas estas reformas quedar谩n desvirtuadas por la manipulaci贸n de las elecciones.

Adem谩s de los partidos del turno, otros partidos quedar谩n fuera del sistema pol铆tico aunque algunos tendr谩n cierta importancia social. Uno de los m谩s destacados ser谩 el republicanismo que actuar谩 desde el exilio, perdiendo la relaci贸n con lo que ocurre en el pa铆s. Adem谩s, se encontrar谩 muy fragmentado, lo que provocar谩 el debilitamiento de las posiciones republicanas. Algunos de los partidos republicanos m谩s importantes ser谩n el Partido Republicano Centralista, liderado por Salmer贸n; el Partido Republicano Posibilista, liderado por Castelar, que evoluciona a posturas m谩s moderadas; y el Partido Republicano Federal, liderado por Pi y Margall, que es el que cuenta con mayor apoyo entre las clases populares.

En lo que respecta al Carlismo, a partir de su derrota en la I Guerra Carlista y la prohibici贸n a Carlos VII de residir en Espa帽a, sufrir谩 un debilitamiento generalizado que llevar谩 a su escisi贸n en distintas corrientes. Asimismo, mantendr谩 sus zonas de influencia tradicionales, aunque sus  apoyos se debilitar谩n, tambi茅n por el nacimiento y expansi贸n del nacionalismo vasco.

Otras fuerzas minoritarias no tendr谩n peso en el sistema pol铆tico y por consiguiente carecer谩n de influencia. Entre ellas se encuentra la Uni贸n Cat贸lica, el Partido Democr谩tico Mon谩rquico, liderado por S. Moret, que ser谩 una escisi贸n del Partido Liberal que defiende los principios democr谩ticos de la Constituci贸n del 69; y Izquierda Din谩stico, liderado por Serrano, que intent贸 desbancar al Partido Liberal pero no lo consigui贸.

Adem谩s, se desarrollar谩n fundamentalmente dos nacionalismo. Por una parte, surgir谩 el Nacionalismo Catal谩n, motivado por el aumento de la  burgues铆a,  fruto del desarrollo industrial, que consideraba que sus intereses econ贸micos no estaban suficientemente defendidos. Asimismo, el desarrollo econ贸mico tambi茅n favorecer谩 el renacimiento de la cultura catalana con la expansi贸n del catal谩n y el desarrollo, a mediados del siglo XIX, de la Renaixen莽a que evolucionar谩 a partir de 1880 dando lugar al inicio del catalanismo pol铆tico, que constar谩 de varias corrientes. En 1892, las bases de Manresa ser谩n elaboradas por Prat de la Riba, perteneciente a la Uni贸n Catalanista, quien propone conseguir una reorganizaci贸n del Estado espa帽ol a trav茅s de la negociaci贸n con la Corona. El desastre del 98 aument贸 el inter茅s de la burgues铆a Catalana por tener su propia representaci贸n pol铆tica. De este modo en 1901 se crea la Lliga Regionalista fundada por Prat de la Riba y F. Camb谩, siendo el principal partido de Catalu帽a en el primer tercio del siglo XX.

A su vez, respecto al Nacionalismo Vasco, este aparecer谩 en la d茅cada de los 90 del siglo XIX. Su aparici贸n se relaciona con la desaparici贸n de los fueros tras la derrota definitiva del Carlismo. Por ello, va a tener un car谩cter muy conservador y cat贸lico, m谩s desarrollado en el mundo rural. Se relacionan tambi茅n sus inicios con el inter茅s a preservar la cultura y la Lengua, consideradas en peligro debido a la masiva llegada de migrantes de otras zonas de Espa帽a

La figura clave ser谩 S. Arana, quien establecer谩 las reglas del Euskera, los s铆mbolos vascos y crear谩 en 1895 el PNV, que defiende la pureza de la Lengua y las tradiciones vascas, con un fuerte componente xen贸fobo y car谩cter conservador, cat贸lico e independentista. Durante las primeras d茅cadas del siglo XX vivir谩 un progreso electoral constante con una importante rivalidad del Carlismo, especialmente en Navarra. 

En otras zonas como Galicia, Valencia o Andaluc铆a, la escasa burgues铆a provocar谩 que el nacionalismo quede limitado a la reivindicaci贸n cultural, (Galicia y Valencia) sin gran trascendencia pol铆tica.

En conclusi贸n el periodo de la Restauraci贸n supone la consolidaci贸n de un r茅gimen constitucional y parlamentario, de car谩cter conservador, con el objetivo de aportar estabilidad al pa铆s tras el fracaso del Sexenio. Sin embargo, el continuo ama帽amiento de las elecciones, que provoc贸 que el r茅gimen nunca fuera plenamente democr谩tico, sumado a la marginaci贸n de otras fuerzas pol铆ticas ajenas a los partidos del turno, que contaban con el apoyo de gran parte de la poblaci贸n, causar谩 el definitivo fracaso del sistema.

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